
No quiero correr más
no quiero darme la cabeza contra
aniversarios de cemento
no quiero que esta cosa acá en la garganta
toda atragantada como ovillo de chatarra me estrangule
no quiero dormirme al pie de la anestesia
no quiero ninguna cirugía planificada ni no
planificada ni de panzas huesos cunas
no quiero verte más
no quiero que mi lengua se fatigue por lamer
estupideces
no quiero cumplir años ni leyes que no
entiendo
no quiero ver el verde de las plantas
creciendo en los espejos
no quiero gente que duerma de cabeza
no quiero gente en mi cabeza
no quiero gusanos trepándome las piernas ni
comadrejas en la boca
no quiero dientes nuevos; quiero un rayo que
me parta la mandíbula
no quiero dar batalla para desenamorarme
¿Quién quiere hablar de amor?
No quiero camisas que me ajusten en el
cuello cuando pienso en playas rojas
no quiero altos en la ruta que me llenen de
nostalgia
no quiero barrios y más barrios soplándome
tu nombre
no quiero que cien fuegos me lleven hasta el fondo de tus ojos
no quiero ver las fotos ni los libros en las
nubes
no quiero la ignominia de haber sido el que
abandona; quiero piel para rascarme
no quiero fuentes, mármoles, panteones ni obeliscos;
tampoco cifras que me expliquen el porqué
no quiero doler más
no quiero las canciones atropellándose en mi
boca como restos de tu pelo
no quiero dormir en la falda de estas noches
pornográficas
no quiero jabones de turismo ni pulgas en la
sábana; quiero alguien que lustre mis costillas
no quiero un café que no venga con tus
labios
no quiero otro horizonte
no quiero sufrir la impúdica venganza de los
débiles
no quiero que soles de aeropuerto me quemen
la tristeza
no quiero el fin del mundo
no quiero que en los trenes me acompañe la
fricción de tus rodillas
no quiero saber cuántas manos te desgarran
la bombacha
no quiero que el verano huela a micros y a sandía
no quiero usar anteojos ni quedarme a ver
los créditos
no quiero luz de luna entre las cejas
no quiero ordenar muebles ni pasear por
cementerios. Prefiero la sangre bañándome los dedos
no quiero que me cuenten más un chiste
no quiero besos muertos nadándome en la
panza
no quiero vestirme como un perro para
después morir desnudo
no quiero ser la bestia.
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