miércoles

Deportes Extremos














Voy a ver si funciona la consistencia del suelo
y me sentaré aquí tranquilo, o no, a comprobar que aún existo;
recorreré mi anverso y reverso, el sodio, las propiedades del calcio
y encenderé un cigarrillo bajo el calor de un estruendo,
de una pulsión por lo roto en el agua, por la luz del martillo;
beberé de la boca de un cuadro, me colgaré de las fotos,
querré, de pronto, investigar los espejos, disfrazarme de otro;
más tarde, compraré un velador para no dormir solo,
escupiré pensamientos marchitos desde el balcón de la noche,
hacia edificios desiertos, sobre monumentos de carne,
y si la cuerda no cede, confrontaré la extensión de la sombra
para poblarme de gente diminuta y violeta, destapar los oídos,
escuchar el tenor de sus chismes, de sus caídos en guerra,
trabajar por la causa y hacer un té con sus lágrimas,
alzar las banderas de planetas en jaque, redactar villancicos
y elevarles un tótem de ropa sucia y almendras.
Practicaré bungee jumping, no saldré de cuanto sueño me invoque,
procederé con sutiles maniobras a volar por lo bajo,
a indagar las entrañas, bucear basurales y viaductos de invierno;
y si queda algún tiempo, si es que sobran las horas,
respiraré hondo y despacio para intentar recordarte.

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