martes
jueves
Medusa
Trajo su cuenco de
espuma y navajas,
sus manos sonrientes como
orquídeas y arpones,
el vuelo del pájaro
negro pintado en la boca,
las mínimas uñas
vestidas de rojo y sus alas violetas,
una turba indomable de
especies monstruosas,
de tijeras que soltaban un
perro tras otro y la rabia,
los días ahorcados en su
escote de leche amarilla,
el sexo amputado como
los ojos de un sótano,
la desnudez que eyaculó –
raquítica y macabra –
la fiebre, el dentífrico
y su orfandad sobre las horas.
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